Seguro
que alguna vez te has planteado cómo percibe el mundo tu mejor
amigo/a.
Aquí
encontrarás respuestas que espero te ayuden a entender mejor a tu
compi peludo de cuatro patas
En
relación al sentido de la vista,
hasta casi el primer mes de vida, el cachorro no será capaz de
orientarse ni de reconocer los objetos a través de sus ojos. Su
percepción visual no estará por completo desarrollada hasta los
tres meses de edad.
Actualmente
se reconoce que son capaces de distinguir ciertas tonalidades
Los
tonos verdes y rojos, los ven de
color grisáceo
Los
amarillos y naranjas, simplemente, amarillentos
Los
tonos cercanos al azul y
al violeta son
los que mejor distinguen.
Llevado
a la práctica, este dato nos aconseja jugar con nuestro
peque en el parque o en el
campo con una pelota de color azul ,principalmente, al ser el color
que mejor reconoce. Es
desaconsejable
utilizar una pelota de color
rojo o verde, ya
que le costará más trabajo distinguirla entre la hierba o el
césped, a no ser que realmente pretendamos añadir dificultad a la
tarea.
Los
canes tienen una visión
periférica superior que las personas dado la
localización más lateral de sus ojos, no obstante, ésto dificulta
su enfoque, así, mientras que verá borroso un objeto cercano, de
ahí el olisqueo característico al acercarle una galleta o un
juguete, hay estudios que demuestran que son capaces de detectar a un
animal en movimiento a muy larga distancia (a más de 800 metros)
Para
finalizar, la pupila de un perro posee una gran capacidad de
dilatación, se estimula incluso con muy poca luz, lo que le permite
ver muy bien en la oscuridad. En su retina existe una capa de células
reflectantes (tapetum lucidum), propia de los mamíferos nocturnos e
inexistente en el hombre, que potencia su visión nocturna y hace que
sus ojos brillen en la oscuridad cuando son iluminados.
Todos
los que tenemos el privilegio de compartir con ellos
nuestra vida conocemos
muy bien
este efecto.
Siguiendo
con el sentido del
oído,
es
importante saber que éste
empieza a funcionar aproximadamente a las dos semanas de edad, y se
convierte en uno de sus sentidos más desarrollados del
perro/a,
después
del
olfato.
Tienen
una gran capacidad de orientación para detectar la fuente de un
sonido, incluso a grandes distancias, y además, son capaces de
hacerlo de forma selectiva, ésto es, pueden discriminar los sonidos
y prestar atención sólo a aquellos que por algún motivo le
interesan.
Por
último, y como ya se sabe, perciben frecuencias de sonidos
inapreciables para el oído humano.
El
olfato
es su sentido más desarrollado, y el que les ayudará
a reconocer y encontrar a su madre nada
más nacer.
Los
perros se identifican con su olor, de
ahí sus saludos “tan distinguidos”, oliéndose
el trasero
reconocen el sexo, la edad, el
almuerzo, las intenciones y
un largo etc...de
quien se encuentran por su
camino.
El
llamado “marcaje de territorio” hace
saber al resto quién es, quién ha pasado por allí y quién manda,
o
cree mandar. Acto común, tanto en machos como en hembras, y
no sólo de los primeros como muchas veces se cree.
Los
perros pueden
distinguir olores que nosotros ni
imaginamos. Tienen entre 150 y 300 millones de células olfativas,
frente a los 5 millones que caracterizan al ser humano. Junto
con ésto,
el llamado órgano de Jacobson les permite percibir incluso las
sustancias
conocidas como feromonas,
éstas
se definen como sustancias naturales responsables de cambios en el
comportamiento, ya sea de carácter sexual, explicando que un perro
capte el celo de una hembra a varias
manzanas
de distancia; o de cambios inducidos en el estado emocional, por
ejemplo, cuando las mamis alimentan a sus cachorros desprenden unas
feromonas que tranquilizan y calman a sus crías.
Además,
distintos estudios
demuestran que son capaces de detectar ciertas enfermedades, como el
cáncer, por
ejemplo, al
oler las células infectadas, o a anticiparse a los
ataques
característicos
de la epilepsia,
al poder
percibir
los
cambios químicos internos
precursores
sufridos
por
el paciente.
Todo
ello,
entre otras razones, les convierte en formidables coterapeutas y
compañeros en la llamada “terapia asistida”
Para
finalizar, su
elevada capacidad olfativa y de rastreo, más
desarrollada en unas
razas que otras, es por todos conocida.
Son buenos aliados en la detección de explosivos, drogas, o en el
rescate de personas. Así
razas como el pastor alemán, el beagle, el pointer, el labrador
retriever... entre otras, destacan por su olfato ejemplar.
El
sentido
del gusto es
el menos
desarrollado.
Igual
que el ser humano, poseen papilas gustativas localizadas en la lengua
que transmite los datos al cerebro, ésto es, el sabor, la textura,
la palatabilidad...etc
del alimento. Aunque
son
distintas
en nuestra especie, 9000 en el hombre, frente a las 2000 del can, sí
son capaces de distinguir lo dulce, lo amargo y lo ácido. Además
la lengua de nuestros peludos carece de rugosidades, es más estrecha
y plana.
Este sentido está muy ligado al olfato. De hecho, es común ver como un perro/a, después de oler algo, lo chupa, para completar la información. Su interés y ansía en una u otra comida estará muy vinculada a el olor que ésta desprenda.
En cuanto
al sentido del tacto, nada más nacer, la madre lame a su
cachorro para estimularlo, este gesto que puede parecer muy simple es
esencial para la supervivencia del bebé, le da calor y activa sus
órganos vitales.
Los
perros poseen
unos pelillos característicos alrededor de
sus ojos, de su hocico
y por debajo de la mandíbula, denominados “bigotes”, que actúan
de radar y les permite
identificar los objetos que se encuentran en su camino, junto
con sus labios y su lengua.
Tienen
sensores táctiles en todo su cuerpo, mas hay una especial
sensibilidad en sus almohadillas, a todo lo largo de su columna
vertebral y hasta el final de su cola, de ahí que les encante que se
les acaricie el lomo, y de lo muchísimo que disfrutan revolcándose
en la hierba.
Las
caricias son muy importantes para fortalecer la relación con tu
mejor amigo/a, refuerza los lazos entre ambos y la confianza mutua. Hay
estudios que demuestran que la persona que acaricia a un perro/a,
disminuye su frecuencia cardíaca, se relaja.
Todos los que disfrutamos de su compañía, sabemos que es un remedio milagroso contra la tristeza o el estrés.
Al igual
que el ser humano, el perro percibe a través de su piel todas las
sensaciones, tanto agradables, como desagradables. De igual manera,
hay algunos más quejicas que otros, cada individuo tiene su propio
umbral del dolor.
Por
favor, cuando te relaciones con tu mejor amigo/a, recuerda que es un
ser vivo y que siente y padece, como tú y como yo. Olvida los
golpes, los gritos y edúcale siempre partiendo del refuerzo
positivo, está demostrado que es bastante más efectivo, a la vez
que respetas sus derechos.
Gánate
ser el líder de la manada, gánate su respeto, gánate su amor y
lealtad incondicional hasta el fin de sus días y más allá. No te
arrepentirás!!
Recuerda,
la edad nos afecta a todos, y tu mejor
amigo/a no es una excepción. Conforme pasen los años, sus sentidos se
irán deteriorando de forma progresiva. Entiéndelo, cuídalo y
respétalo, es TU RESPONSABILIDAD
JUNTOS PARA TODA LA VIDA |
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