domingo, 27 de septiembre de 2015

VAMOS DE PASEO

perro mordiendo
¡¡Me aburro!!
Cuántas veces he escuchado, “no necesita salir, tiene un patio muy amplio donde hacer sus cosas” o “no hace falta sacarlo, está en un terreno enorme con espacio suficiente para correr y hacer sus necesidades”...y así, una tras otra, creencias erróneas demasiado arraigadas en esta sociedad que traerán consigo la frustración, la agresividad, el estrés...tanto del propio educador/a como del pobre perro/a, y se reflejarán en regañinas, amenazas, tirones en las salidas, destrozos en el jardín, rotura de muebles en casa, ladridos sin parar...y un largo etc.

Es fácil de entender, sólo ponte en su lugar, imagina que te tiras 24 horas al día encerrado/a entre cuatro paredes, con más o menos espacio, y, con suerte, una zona al aire libre, ya sea kilómetros de finca o un pequeño balcón. Siempre oliendo y viendo lo mismo, dando vueltas sobre tus propios pasos...con fortuna, sales un par de veces al día, durante diez minutos y con prisas, apenas te da tiempo a pisar la calle, no se te permite pararte ni relacionarte....¿no acabarías volviéndote loco/a?

El mayor y más extenso terreno o patio del mundo NUNCA podrá sustituir al paseo diario con tu compi canino

Reunión de amigos/as
Tu mejor amigo/a necesita explorar, pasear, correr contigo, seguir al líder de la manada, al menos dos o tres veces cada día para su bienestar físico y mental. La duración y frecuencia del paseo dependerá de la edad y la raza de tu gordi de cuatro patas. En términos generales, lo ideal es que cada vuelta dure una media de 45 minutos, de forma que tu pequeño salga unas dos horas al día. Además, es recomendable llevar una rutina en los horarios y, si fuera posible, variar los trayectos para una mayor estimulación mental.

Los cachorros obviamente son más vitales, tienen más ganas de juego, lo que hay que aprovechar para su correcta socialización y aprendizaje. 

Una vez desparasitados y protegidos con las vacunas correspondientes, normalmente cumplidos los tres meses de edad, necesitan 4 o 5 salidas diarias, incluyendo las realizadas después de cada comida, (desayuno, almuerzo y cena) ya que aún no controlan sus esfínteres. 

Haz una fiesta cada vez que hagan sus necesidades fuera, (caricias, “muy bien”, premios) así conseguirás que entienda dónde orinar y defecar. Regañarle cuando lo haga en casa, en vez de guiarle al sitio adecuado, sólo acarreará miedo y coprofagia (que se coma sus propias heces para “eliminar las pruebas”)

Conforme van creciendo y adquieren el control de su cuerpo, se aconseja dar dos tomas al día (desayuno y cena) para evitar problemas de obesidad, y realizar el ejercicio con antelación a la comida, de esta forma, respetamos la digestión y prevenimos la torsión gástrica, además ésta refuerza el vínculo con su educador/a y actúa como recompensa tras la vuelta. En términos perrunos se puede decir que al llegar a casa el líder le proporciona “la presa” (el pienso) obtenida con la “exploración del entorno y la caza” (el paseo).

El animal ha de “ganarse” la comida, se le puede pedir que se siente y espere quieto antes de ofrecerle el cuenco. La jerarquía le proporciona confianza y estabilidad.

Has de convertir la salida con tu compañero/a peludo en un hábito, como el lavarse los dientes cada mañana, con el que ambos saldréis beneficiados.

"No es lo mismo un perro cansado que un perro equilibrado”

¡¡ Lo tengo !!
No confundas ejercicio físico con hacer que tu perro/a corra tras la pelota una y otra vez hasta que se quede sin combustible. Sacarle al descampado de al lado y tirarle el juguete para que lo recoja y traiga sin descanso, sin la combinación de otras actividades como el caminar juntos, el rastreo o la práctica de comandos básicos, puede generarle más nerviosismo, además de una conducta obsesiva por la pelota-juguete en cuestión.

Sé cómplice de tu mejor amigo/a y actúa en consecuencia”

Tampoco lo lleves al parque o al pipican a jugar con sus amiguitos/as y pases de él/ella olímpicamente mientras tú hablas con otros educadores, ojeas el móvil, etc...está bien que ambos socialicéis y es importante la confianza mutua y daros vuestro espacio, pero nunca le pierdas de vista, mantente relajado/a y observa sus señales, como su cuidador y su líder debes saber si se encuentra a gusto explorando y jugando o si está intimidado, si hay algún perro/a que le moleste o algo o alguien que le asuste. 

Socializar no es sinónimo de llevarse bien con todo el mundo”

saludo entre perros
Y tú, ¿de quien eres?
Tener un perro sociable y equilibrado no supone que tengáis que acercaros y saludar a cada perro, adulto o niño que os encontréis por el camino, al igual que tú tienes más afinidad con unas personas que con otras a tu peque le pasa lo mismo. No obstante ha de ser educado en el respeto y la tolerancia, es tu deber enseñarle cómo comportarse en cada momento. Para ello, de nuevo es muy recomendable la instrucción en obediencia básica, que tu mejor amigo/a acate órdenes sencillas como aquí”, “junto”, “quieto”, “sienta”, “suelta”, reforzará vuestro vínculo y favorecerá una relación con el entorno más relajada ya que serás capaz de anticiparte y evitar potenciales situaciones no deseadas durante el paseo (tirones, peleas, escapadas).

Sin embargo, por muy bien entrenado y obediente que sea tu compañero/a perruno, llévalo siempre con correa y suéltalo sólo y exclusivamente en lugares adecuados para ello y bajo una constante supervisión. Al fin y al cabo no dejan de ser animales y de actuar por instinto, simplemente beben si tienen sed, aunque sea de un charco o de agua estancada, no entienden que pueden ponerse malitos; y persiguen sin más a un gato o a una hembra en celo, sin plantearse que pueden perderse o ser atropellados por el tráfico. Mas vale prevenir que curar.

"Quieto"
Aconsejo empezar el entrenamiento en casa, en un entorno seguro y donde puedes controlar las distracciones,y practicar cada día con cada salida. Recuerda que tu alumno/a estará más receptivo tras haber realizado ejercicio físico y que las sesiones, aunque depende de cada individuo, normalmente no deben durar más de 15 minutos. Tu compi canino está deseando aprender, complacerte y recibir tus caricias, pero también tiene sus límites, no le sobrecargues, u obtendrás un efecto contrario al deseado (frustración, regañinas, enfado...)

Sin prisas, con cariño, disciplina y con mucha paciencia educa a través del juego y el refuerzo positivo. Infórmate al respecto, en el mercado existen varios libros interesantes para ello, yo recomiendo leer a Turid Rugaas, ya mencionada en otros posts. Además, internet es maravilloso para encontrar todo lo que te haga falta y despejar dudas. Conciénciate, necesitarás tiempo, esfuerzo y mucho trabajo, no existen las fórmulas mágicas ni las herramientas milagrosas que hagan de tu mejor amigo/a un perro/a sociable, feliz y equilibrado/a. Mas cuando lo consigáis no habrá mayor recompensa que miraros y ser uno, formando un gran equipo. Te aseguro que no encontrarás un mejor y más fiel compañero/a en el viaje de la vida.

jugando a la pelota con mi perro


"Has de ganarte tu liderazgo a través de la confianza y el respeto, NUNCA a través del abuso o del miedo”

En resumen, los paseos con tu perro/a son de vital importancia y han de hacerse un mínimo de dos o tres salidas al día, aproximadamente de unos 45 minutos de duración cada una. No sólo tienen el objeto de “evacuar” y no ensuciar la casa, si no que cubren necesidades físicas y mentales muy importantes para su salud. 

Ir con tu mejor amigo/a a dar una vuelta supone ofrecerle:

Un espacio para hacer sus necesidades, que deberemos recoger. No olvides las bolsitas. También podemos aprovechar para ver si existe alguna anomalía que pudiera ser síntoma de enfermedad.

Un buen trote o caminata, de más o menos 20 minutos, media hora, como mínimo (ejercicio físico).

Socialización y exploración del entorno (ejemplo, olisqueo y juego en el parque con otras personas y perros/as)

Educa a través del juego (máximo 15-20 minutos, ejemplo, practica “sienta”, “quieto”, ayudándote de su juguete favorito; ejercita su mente a través de juegos de búsqueda y rastreo, sin perderle de vista, escóndete y haz que te encuentre).

Si el tiempo lo permite, pararos y disfrutad del paisaje.

Convierte cada paseo en vuestro momento especial”

Cada salida es un “pause diario obligado” con tu mejor amigo/a. No te limites a desplazaros de un sitio a otro. Es una ocasión única para el aprendizaje mutuo y el disfrute de estar juntos.


junto a tu perro



Es cierto, compartir tu día a día con un compañero/a de cuatro patas supone mucho trabajo y esfuerzo. Mas también muchas alegrías e historias compartidas que no tienen precio. 

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